top of page

Charles Sanders Peirce (1839 - 1914) fue un filósofo y lógico estadounidense, profesor de la Universidad de Harvard. Su teoría se enmarca en el Pragmatismo, propuesta que operó como contexto intelectual de varias disciplinas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Por motivos personales fue apartado de su cátedra en la Universidad, y durante los últimos 30 años de su vida permaneció recluido, escribiendo notas dispersas sobre tu teoría semiótica. Luego de su muerte, su viuda delegó sus notas a la Universidad: 80.000 páginas donde Peirce había desarrollado su teoría del signo y de la semiosis. Alrededor de esas anotaciones se desarrollaron diversos proyectos editoriales, por los cuales conocemos su obra actualmente (Collected Papers, The Essential Peirce, Writings of Charles S. Peirce: A Chronological Edition...).

Charles Sanders Peirce

Sin embargo la teoría de Peirce no avala ese ejercicio, sino por el contrario lo cuestiona, por sus efectos restrictivos para el logro de la libertad de pensamiento. Aplicar una teoría implica que ajustemos el objeto de estudio a ese modelo, identifiquemos sus propiedades y comprobemos que la teoría nos sirve. Puede ser en ocasiones un ejercicio útil para familiarizarnos con el metalenguaje, pero finalmente puede convertirse en un hábito poco productivo que se limita a la mera identificación y clasificación de objetos de estudio. 

I. Proyectos fundacionales de los estudios semióticos

¿Por qué hablamos de fundaciones? 

I.ii. Entrada filosófica



Gran parte de la obra de Charles Peirce fue traducida al castellano y difundida en forma gratuita por el Grupo de Estudios Peirceanos. La bibliografía que recomendamos para esta unidad fue seleccionada del trabajo de ese equipo. Recomendamos visitar su sitio en la web para descargar estos y otros textos del y sobre el autor.

 


Marafioti, Roberto (2007): "Cap. 3: La Semiótica y la clasificación científica" y "Cap. 4: Gramática semiótica" en Charles S. Peirce: el éxtasis de los signos. Buenos Aires: Biblos.
 

Peirce, Charles (1877): "La fijación de la creencia" en Charles S. Peirce. El hombre, un signo (El pragmatismo de Peirce), J. Vericat (trad, intr. y notas). Barcelona: Crítica. Ed 1988, pp. 175-99.
 

Peirce, Charles (c. 1897): "Fundamento, Objeto e Interpretante" en MS 798 [On Signs], CP 2.227- 229 y 2.444n1. Trad. Mariluz Restrepo, 2003.
 

Peirce, Charles (c. 1893-1902): "El icono, el índice y el símbolo" en CP 2.274-308 Trad. Sara Barrena, 2005.
 

Peirce, Charles (1903): "Mis procesos para formar opiniones filosóficas" en MS, 311. Trad. Sara Barrena, 2004.
 

Peirce, Charles (1903): "Nomenclatura y divisiones de las relaciones triádicas hasta donde están determinadas", en MS 540. Trad. María Fernanda Benitti, 2006.
 

Peirce, Charles (1910): "Los signos y sus objetos" en CP 2. 230-232 (Tomado de “Meaning”, 1910). Trad. Mariluz Restrepo, 2003.
 

Peirce, Charles (1903): "Lección VI: Tres tipos de razonamiento” (1903) (Lecciones de Harvard sobre el pragmatismo,), en Charles S. Peirce. El hombre, un signo (El pragmatismo de Peirce), J. Vericat (tr., intr. y notas). Barcelona, Crítica. Ed. 1988, pp. 123-141. “On Three Types of Reasoning”: CP 5. 151-179.

Codificación de la obra de Ch. S. Peirce

CDPT Commens Dictionary of Peirce's Terms
CP x.y Collected Papers [volumen].[parágrafo]
EP x:y The Essential Peirce [volumen]:[página]
NEM x:y The New Elements of Mathematics [volumen]:[página]
L x Letter to Lady Welby [n° carta]
W x:y Writings of Charles S. Peirce [volumen]:[página]

Casos de estudio

Yogur Ser

(Argentina, 2007)

“El pensamiento de Peirce es un pensamiento analítico disfrazado de taxonomía. No se trata, pese a las apariencias, de ir a buscar instancias que correspondan a cada uno de los ‘tipos’ de signos. Cada clase define no un 'tipo', sino un modo de funcionamiento. Todo sistema significante concreto (digamos, por ejemplo, el lenguaje), es una composición compleja de las tres dimensiones distinguidas por Peirce (en lo tocante a la cualidad, el hecho y la ley).” (Verón, 1987: 111)

A diferencia de la definición de Saussure, donde el signo es una entidad mental, para Peirce es un proceso, donde un objeto cualquiera (incluyendo una idea) es representado por otro (otra idea) ante una mente (un sistema de ideas). El signo no es solo el mecanismo en el cual pensamos, sino que además no puede conocerse nada sin vincularlo a otros procesos, a otros signos. Dado que el signo define la existencia de las cosas, no tenemos acceso directo a ellas sino por medio de signos, y conocemos gracias a que recurrimos a otras cogniciones, a otros sistemas de signos. De esta manera, podemos decir que lo que conocemos no son las cosas en sí, sino algunos aspectos de los objetos, mediados por representaciones. Esta idea es, precisamente, la definición de signo:

"Un signo, o representamen, es una cosa que está en lugar de otra para alguien, en algún sentido o capacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o quizás más desarrollado. Ese signo que crea lo llamo el interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en su lugar no en todos los sentidos, sino en relación a un tipo de idea, que a veces he llamado la base del representamen" (CP 2.228)

En su libro La semiosis social (1987), Eliseo Verón precisa tres aspectos vinculados con el sentido con el que se pudo haber abordado la teoría de Peirce. En primer lugar, nos da una clave para comprender una metodología, que se distancia de la tendencia aplicacionista del modelo al que varias disciplinas sometieron los aportes de Peirce. Verón reconoce en las ideas de este autor un modo de pensamiento, que en muchas propuestas de estudio se confundió con una "caja de herramientas" para ser empleada en cualquier momento y lugar. Es muy común que, ante una teoría, con sus categorías y métodos, el estudiante rápidamente intente "aplicar" ese saber a un objeto. Incluso a veces lo hace compelido por el afán del docente, que busca un aprendizaje significativo en esta actividad.

Un representamen es una primeridad, el objeto es la segundidad y el interpretante es la terceridad. Dado que el signo implica estos tres procesos, en su configuración observa también subprocesos cada vez más específicos. Así, la primeridad implica otra primeridad (cualisigno), una segundidad (sinsigno) y una terceridad (legisigno). El objeto implica una primeridad (icono), una segundidad (índice) y una terceridad (símbolo). Finalmente el interpretante implica a su vez una primeridad (rhema), una segundidad (decisigno) y una terceridad (argumento). Esta es una primera clasificación, dado que a su vez cada uno de estos términos comportan a su vez otras primeridades, segundidades y terceridades. Por ejemplo, el ícono implica una primeridad (diagrama), una segundidad (imagen) y una terceridad (metáfora).
Cada uno de estos nombres no son cosas en sí sino “modos de ser del signo”, donde una facultad prima más que la otra. Su utilidad analítica es que podemos identificar estos modos de ser para analizar cómo y por qué se presentan ante una intelección y provocan determinados efectos de significación.

En primer lugar porque ya sabemos que la teoría funciona, y en segundo lugar, ese ejercicio de la sola identificación y clasificación no ofrece ningún aporte ni apertura a nuevos saberes. Aplicar una teoría puede tranquilizar al estudiante, pero no necesariamente le enseña algo nuevo, además de informarle (desde la mera comprobación) que el modelo está bien formulado. Peirce propone una organización de los signos que nos rodean, pero ese orden enseña otra cosa: cómo funcionan los signos y qué podemos descubrir detrás de ese funcionamiento. Dice Verón:

1. El spot publicitario

 

En la publicidad, ya sea gráfica o televisiva, se despliega un sistema de signos que intenta construir un objeto ante nuestra intelección, apelando a sus propiedades positivas (en el sentido de "propias" u "observables"). En el primer ejemplo que presentamos, un objeto hereda por transitividad las propiedades de otro: la propiedad de "lo leve" presente en la naturaleza (y reforzado en el texto audiovisual) se asigna a otro objeto, el cuerpo de un bailarín, y de éste a un producto alimenticio. De esta manera, este alimento se inscribe en una semiosis donde existe bajo ciertas condiciones.

 

 

En el siguiente ejemplo se recurre a la capacidad del ícono para asemejarse al objeto que refiere por compartir propiedades formales (en este caso, las propiedades antropomórficas que comparten los conductores con el globo que está encima de sus coches). Luego advertimos que hay una vinculación física directa, por lo que podríamos pensar que se trata de un índice. Al avanzar el texto, notamos que se trata de un símbolo, dado que no podemos entender la vinculación entre el signo y el objeto sin la ayuda de un sistema de ideas (en este caso, el conjunto de aspiraciones o deseos de los conductores inmersos en una ciudad y con un auto del que no disfrutan).

Renault Sandero

(Argentina, 2008)

 

El último ejemplo instala un producto a partir de rhemas, esto es, propiedades que revisten la posibilidad de remitir a signos en función de un razonamiento. Los rhemas se transcurren de manera aislada tomando como eje las propiedades formales del producto y cargándole nuevos sentidos asociados a identidades. Progresivamente llegan al argumento: un signo presentado como una idea compleja, en este caso, un tamaño de un envase se asigna a la democratización de acceso de ese producto a todas las identidades descriptas.

Coca Cola

(Argentina, 2002)

2. Publicidad gráfica / campaña política

A medida que recorremos algunas publicidades gráficas sobre productos alimentacios, notamos cómo los temas relacionados con la nutrición se construyen a partir de ciertos valores: pasando desde la función femenina de la nutrición, el patriotismo, la diversión (donde la mujer toma mayor protagonismo) hasta la belleza.  Por otro lado se va reduciendo el texto lingüístico y la imagen va adquiriendo más protagonismo en la construcción del mensaje.

La publicidad gráfica para la venta de automóviles también fue modificando su configuración en los mensajes. No sólo fue apelando a ciertos valores como la conquista femenina de determinados consumos, la familia o la calidad y competitividad del producto, sino que también fue diseñando sus mensajes disminuyendo sus argumentos (lingüísticos) y focalizando en el poder comunicativo de la imagen.

La publicidad gráfica de cigarrillos también fue adscribiendo a procedimientos similares a otros productos. Por un lado relacionándose con el discurso del arte, el científico y el político, dependiendo de las coyunturas. La imagen sin texto fue, al igual que otros objetos de consumo masivo, ocupando un lugar cada vez más protagónico.

La difusión de los productos vinculados con la indumentaria fueron, a lo largo del siglo XX, modificando sus estrategias. De la vestimenta como un bien de consumo básico junto con otros productos, a la filiación de la ropa con un estilo de vida y luego con otros productos inscriptos bajo una misma marca. Finalmente, la construcción de la marca puede independizarse de tal modo que se puede construir una publicidad remitiendo a alguna propiedad, sin mencionar el producto en sí mismo. 

Como podemos ver, las campañas políticas no estuvieron al margen de las estrategias comunicativas de productos de consumo. A medida que pasó el tiempo, el texto lingüístico (que argumentaba un proyecto político) fue desplazado por la imagen, y ésta a su vez fue removida por propiedades tan básicas como un color. 

El modelo de Peirce nos permite, en principio, identificar modos de ser del signo. En los diferentes sistemas de textos publicitarios notamos que en un lapso temporal promedio de 80 años, una sociedad pasa de significar desde el Argumento (un sistema de ideas articuladas lógicamente) hasta el Legisigno (un conjunto de propiedades, de Cualisignos, que se vinculan por algún criterio aún no definido). De esta manera podemos hipotetizar que, al menos para este corpus, una sociedad construye significación prescindiendo de Argumentos y valiéndose de meras propiedades para aportar sentidos allí donde no están expuestos. Esto es asumido por la campaña política que, en lugar de exponer sus proyectos (argumentados) de cómo administrará los fondos públicos, se limita a presentar un rasgo sensible de una imagen como el contenido comunicable más relevante. Cabe preguntarse (como lo propone Peirce), en el marco de una investigación, cómo y por qué se logran determinados efectos a partir de este diseño del mensaje.

Bibliografía

Actividad



 

En la actividad anterior te proponíamos que identifiques un problema. En esta, nos interesaría que definas un problema y avances en la formulación de una hipótesis. Para ello te sugerimos:


1. Construye un corpus de publicidades (gráficas, sonoras, audiovisuales...) que te interesen para investigar. Explicita tu selección.

2. Identifica un problema de investigación en ese corpus. Recuerda que toda pregunta de investigación debe iniciarse con un "por qué [ocurre tal fenómeno]". 



3. Formula una respuesta provisoria a ese problema planteado apelando al aparato teórico propuesto por Peirce. Recuerda que las categorías no son solamente operativas para clasificar un objeto y detenerse en esa clasificación, sino por el contrario, son productivas para pensar cómo funcionan determinados signos para producir sentidos.



A medida que avances en las precisiones del problema notarás que ese corpus se irá modificando, en función de la pertinencia de tu pregunta y de tus hipótesis.


La bibliografía que te proponemos a continuación servirá para ampliar el tema y para darte más instrumentos en la resolución de la actividad. El equipo de cátedra recepcionará tus avances y te remitirá sus aportes mediante la sección Consultas.

 

bottom of page